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12-83 Éstas son las ofrendas que los jefes de las doce tribus de Israel presentaron a Dios:

una bandeja de plata de un kilo y medio,

una jarra de plata de tres cuartos de kilo,

una gran cuchara de oro de ciento diez gramos, llena de incienso,

un ternero,

un carnero,

un cordero de un año para quemarlo completamente en honor a Dios,

un chivo para sacrificarlo como pago por sus pecados,

dos toros, como ofrenda para hacer la paz con Dios,

cinco carneros,

cinco chivos y

cinco corderos de un año.

Todo eso fue pesado según el peso aprobado en el santuario. La bandeja y la jarra estaban llenas de harina fina amasada con aceite, para preparar una ofrenda de cereales. Todas estas ofrendas las presentaron los doce jefes en el siguiente orden:

El primer día, Nahasón, de la tribu de Judá,

el segundo día, Natanael, de la tribu de Isacar,

el tercer día, Eliab, de la tribu de Zabulón,

el cuarto día, Elisur, de la tribu de Rubén,

el quinto día, Selumiel, de la tribu de Simeón,

el sexto día, Eliasaf hijo de Reuel, de la tribu de Gad,

el séptimo día, Elisamá, de la tribu de Efraín,

el octavo día, Gamaliel, de la tribu de Manasés,

el noveno día, Abidán, de la tribu de Benjamín,

el décimo día, Ahiézer, de la tribu de Dan,

el día once, Paguiel, de la tribu de Aser,

el día doce, Ahirá, de la tribu de Neftalí.

84-88 Los jefes de las tribus dieron todas estas ofrendas para dedicar el altar al servicio de Dios:

doce bandejas de plata, de un kilo cada una,

doce jarras de plata, de medio kilo cada una y

doce cucharas de oro, de cien gramos cada una.

El peso total de las bandejas y jarras fue de veintiséis kilos y medio, y el de las cucharas, de un kilo y trescientos veinte gramos, según el peso aprobado en el santuario.

El total de los animales que se quemaron completamente para volver a estar en paz con Dios fueron:

doce toros,

doce carneros y

doce corderos de un año.

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